Y que venga la noche...

Regálame la brisa de tu cuerpo, 

la tempestad de las aguas cuando las provoco.

Regálame el fuego de tu sangre, que hace erupción en todas mis partes.

Regálame tu ansiedad y robame el aliento, haz que grite el milagro de tu nombre en mi voz. 

Regálame tu tacto, que electriza la piel y hace la conexión donde se siente más allá de los cuerpos. 

Regálame la humedad de tus besos y permíteme penetrar en tus aguas que llevas dentro.

Regálame el tierno manto de tu abrazo y el mar embravecido de tu cuerpo junto al mío. 

Regálame el amanecer de tus pasiones, y el anochecer de tus más bajos instintos, sin distinción.

Regálame todo de ti, tu esencia más pura y tu frescura.

Regálame momentos donde juntos toquemos universos y las estrellas sean solo testigo de nuestra unión. 

Y al final regálame la vulnerabilidad de tus lluvias y tu inocencia hecha mujer…

Y bajo mis brazos, yo te rozo con caricias tiernas y me embriago con el aroma mezclado de tu piel y mi piel…

Regálame tu amor 

y que venga la noche una vez más…

Autor Veka Santillana